En esta ocasión os traigo una receta que no es mía pero que es posible que no conozcáis y queda estupendamente: la receta de los Bollos de mantequilla de Bilbao.
Estos bollos son muy típicos en Bilbao y, la verdad, siguiendo la receta quedan bien. No he modificado la receta en nada porque quedan muy esponjosos y riquísimos y no me ha parecido necesario.
La receta esté en un vídeo de youtube, os dejo el enlace al vídeo.
El vídeo se hace un pelín largo (entre nosotros, son un pelín pesadetes) pero tiene la gran ventaja de que se puede parar y acelerar para hacer coincidir nuestros tiempos con los de la receta. Se necesita cero maña para hacerlos (es la tercera vez que los hago y siempre están estupendos).
La mantequilla de relleno, en sí misma, ya es impresionante. Se puede hacer para untar las tostadas de la mañana porque por es buenísima (eso sí, ligera, ligera no es).
Es increíble que, sin echar ningún saborizante ni aromatizante (no llevan agua de azahar, ni vainilla, ni nada más que lo básico: harina, mantequilla, leche, azúcar y levadura), salgan unos bollos tan ricos y dejen un aroma tan espectacular en la cocina.
No os preocupéis porque salgan un montón: se pueden congelar perfectamente y quedan igual de ricos. Además os aconsejo congelarlos una vez fríos porque, al no llevar conservantes o similares, pierden la esponjosidad en un día si no los congeláis. Para congelarlos envolverlos individualmente en papel film (los podéis congelar rellenos o sin relleno). Para descongelarlos lo ideal es sacarlos la noche antes y dejar que se descongelen a temperatura ambiente.
Como al hacer la receta sobran cuatro claras las he utilizado para hacer estos Merengues.
Los merengues siempre quedan bien, solo es cuestión de batir incansablemente (con robot de cocina o batidora de varillas).
Como sobraban cuatro claras las mezcle con 300 gramos de azúcar glas o glacé, un poco de sal y un poco de cremor tártaro (asegura unos merengues espectaculares; yo lo compro aquí porque no lo encuentro en los supermercados). Una vez mezclado todo se bate con batidora o robot de cocina (yo uso la Thermomix) hasta tener un merengue en condiciones. Si, como yo, usáis la thermomix lo ideal es poner la temperatura a 37 grados en velocidad 2 el tiempo necesario para que os quede un merengue prácticamente sólido (a mí las cuatro claras me han llevado 15 minutos).
Una vez obtenido el merengue con una cuchara o con la manga pastelera se ponen en una bandeja de horno cubierta por papel de horno, se llevan al horno a 80 grados y se mantienen 1 hora y media con horno encendido y el tiempo que queráis con horno apagado (lo mejor es hasta que el horno se enfríe).
Quedan espectaculares de verdad, que os voy a decir. Que ya sé que no es el momento y quien más, quien menos, estamos a dieta (esto sí que es cuesta de enero) pero un día es un día y es un capricho que merece la pena. Probadlos y me decís!
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